El concierto que nos ofrecieron los interpretes estuvo dedicado al compositor Franz Schubert y que fue el primero de cuatro conciertos de una gira por varias ciudades de Europa.
Un concierto diverso y enriquecedor por varios músicos de gran valúa artística y musical. Se entrelazaron lieder y obras de cámara con un coherente hilo conductor para acabar con el fantástico Quinteto “La Trucha”. El barítono Georg Nilg arrancó el concierto con el lied “Viola” con sensibilidad y buena musicalidad con un sentido intimista de la partitura dándole mucho énfasis al texto.
El fantástico violonchelista Jean-Guihen Queyras nos interpretó la hermosa Sonata Arpeggione, inicialmente escrita para un instrumento construido por Johann Georg entre la guitarra y el violonchelo llamado Arpeggione, con una musicalidad exquisita, con un sonido noble y refinado, con una técnica impecable, gran expresividad y una gran sensibilidad. Musicalmente aportó riqueza en los dibujos musicales junto al pianista Alexander Melnikov con absoluta conjunción entre los dos músicos creando momentos de gran belleza y de gran comunicación. El primer movimiento lo interpretaron con sublime musicalidad con mucha nobleza y honestidad embelleciendo el sonido de sus instrumentos, seguido de un adagio de gran lirismo y un tercer movimiento vivaz y de gran brillantez. Queyras es un violonchelista que habla con su voz a través de su violonchelo contándote una historia que te atrapa con su gran magnetismo, te susurra al oído tocando para cada persona del público con intimidad, expresividad, pasión y humanidad envuelto con un sonido cristalino y envolvente.
La primera parte concluyó con la Fantasía para violín y piano con Isabelle Faust y Alexander Melnikov que nos ofrecieron una versión de la partitura brillante y virtuosa, con grandes contrastes sonoros y una inteligente musicalidad. La violinista desplegó una virtuosa y impecable técnica con una claridad asombrosa de todas la dificultades técnicas que posee la partitura, con una manera muy personal de tocar con poco vibrato en la mano izquierda, un sonido un tanto flautado y unos agudos del violín limpios y potentes. Juntamente con un Melnikov brillante de claridad técnica y gran articulación con un absoluto control del teclado con una brillante interpretación de la partitura. Antes de la Fantasía el barítono interpretó el lied “Sei mir gegrüsst!”, cuya melodía es el leitmotiv de la Fantasía para violín y piano.
La segunda parte estuvo dedicada a “La Trucha” comenzando con el lied “Die Forelle”, que también la melodía de este lied es la base del Quinteto “La Trucha”. Aquí se unieron el viola Boris Faust y la contrabajista Laurène Durantel interpretando la exquisita partitura con gran musicalidad, con grandes fraseos y un dialogo constante entre los cinco músicos, con gran compenetración entre ellos, con un discurso musical inteligente de gran coherencia y riqueza musical. Hubo contrastes dinámicos durante toda la partitura pasando por momentos intimistas a otros de gran esplendor, con una comunicación muy positiva de los músicos creando una interesante versión por la conjunción de los grandes artistas que había encima del escenario. Fue un esplendido concierto interpretando obras del sensible y genial compositor vienés.